La espiritualidad marista tuvo su origen en Marcelino Champagnat y su comunidad fundacional, es un valor fundamental que se ha ido enriqueciendo con las sucesivas generaciones convirtiéndose en una corriente de agua viva. Es un valor muy importante que se trabaja y se cultiva desde y para uno mismo, y para ello, es necesario buscar momentos de introspección y bienestar físico y mental en los que valorar el presente y la realidad más inmediata. No existe una única manera de cultivarla, por ello desde el colegio creemos importante empezar a conocer diferentes maneras de hacerlo hasta encontrar nuestro propio camino.
La meditación consiste en ejercitar la atención y cultivar la mente para potenciarla, supone el dominio de la voluntad y la capacidad de controlarla y orientarla según los propios fines. La meditación nos ayuda vivir en el presente y enraizarnos más con ese manantial de Vida que tenemos dentro de nosotros, todo lo demás se nos dará por añadidura (Mt 6,24-34).
Nuestro centro se caracteriza por ser un centro evangelizador que, a su vez, trabaja la espiritualidad e interioridad en distintos ámbitos (amaneceres, sesiones de tutoría, celebraciones, convivencias…), pero para poder educar en la espiritualidad se necesitan personas que tengan esas experiencias de interioridad y plenitud. Por ello, el pasado jueves, tuvo lugar un momento formativo y experiencial sobre la meditación para el propio profesorado. Ha sido un espacio donde aprender y tomar consciencia de la importancia de integrar momentos de pausa en nuestra vida cotidiana, de reconocer la importancia de vivir desde el aquí y el ahora, así como un momento para vivir y compartir en comunidad.