El pasado sábado 19 de octubre tuvo lugar la primera jornada de Nuevos Educadores de este curso escolar. En la Residencia Marista Champagnat en Valladolid nos reunimos un grupo de docentes de los centros escolares maristas de Castilla y León.
Los primeros años de un educador son de especial importancia. Por ello se cuida atentamente a cada persona que comienza su andadura docente en cada uno de los diferentes colegios de la obra marista.
Estas reuniones no son exclusivamente formativas, ya que suponen un momento de convivencia y, en muchas ocasiones, de reencuentro.
Como es costumbre en nuestra rutina diaria, comenzamos con un Amanecer a la Vida, donde reflexionamos acerca de la importancia del saber trabajar en silencio, interiormente, valorando la virtud de la paciencia y de la espera consciente.
Compartimos también nuestras sensaciones durante el desempeño de nuestras funciones diarias, recordando la importancia que supone el ser un modelo de excelencia a todos los niveles para nuestro alumnado y el convencimiento de desarrollar nuestra tarea no solamente a nivel académico, reafirmándonos en la necesidad de educar desde el amor.
Hablamos de la importancia del marco Gier en nuestras actuaciones, puesto que espiritualidad y evangelización van estrechamente unidas a nuestra labor docente, con el objetivo de cultivar la competencia espiritual del alumnado, comprendiendo las diferencias entre religión y espiritualidad, pero observando su necesidad mutua.
Como educadores maristas, nuestra meta es despertar el sentimiento de protagonismo del alumnado en su educación integral, proporcionando un acompañamiento cercano, cristiano, amoroso e incondicional.